Por desgracia tuve que dejar de practicar y jugar al squash debido a que el lugar de entrenamiento donde yo entrenaba cerró y tuve que trasladarme a otro club mucho más lejos. Mi nuevo club estaba en el estadio de balaídos, que me queda a 15 minutos en coche. Estuvo un año entrenando allí hasta que decidí dejar de jugar al squash porque entre ir y venir del entrenamiento tardaba alrededor de dos horas y no tenía tiempo para estudiar. A día de hoy lo sigo echando de menos pero cuando tengo tiempo voy a jugar partidos con mis amigos.


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