viernes, 11 de diciembre de 2015

El cambio en el mundo del cómic




¿Quién recuerda esas tardes aburridas donde no tenías nada que hacer y decidías coger un buen libro y leerlo, recostado en el sofá? Tenías que ir pasando las páginas con cuidado y, cuando querías parar, hacías una doblez en la página o colocabas un marca-páginas (el cual, la mayor parte de las veces, consistía en un pedazo de papel mal cortado).

Eran libros de verdad, con portada, páginas de papel, encuadernados...

Pero ahora las nuevas tecnologías han irrumpido en todos los ámbitos. Pocas personas compran libros físicos en una librería. Lo normal ahora es descargarlos de Internet  y leerlos en tu kindle, tu tablet o tu móvil.

Pero estas tecnologías también han llegado al cómic.

Hasta no hace muchos años, un dibujante de cómics se sentaba frente una enorme mesa de trabajo, armado con miles de lápices, mucha paciencia e imaginación, y dejaba a su mano fluir sobre el papel.
Para terminar una sola página quizá necesitaba horas y horas de trabajo.


Pero gracias a las Tic, este proceso se ha simplificado enormemente. Ahora un artista solo necesita un ordenador con un buen programa instalado y saber usarlo.

Cualquiera que compare los comics de antaño con los de ahora notará una increíble diferencia. Pues el hacerlos con el ordenador implica una mejor calidad de imagen y mayores cuidados.


El mundo del cómic ha cambiado (quizá mejorado) gracias a las Tic. Y no sólo se ha facilitado el proceso de creación, sino que muchos dibujantes de cómic usan las nuevas tecnologías para publicitar su trabajo. Por lo tanto también ha cambiado la forma en la que su trabajo llega a nosotros.

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