Una ciudad de papel

Hace varios veranos se estrenó la versión cinematográfica del bestseller de John Green: Paper Towns; la cual, aunque clasificada de típica película juvenil de romance, encierra un lado ingenioso, incisivo y reflexivo.

Su título se trata de una frase metafórica. La definición correcta sería una entrada ficticia que utilizan los creadores de mapas para asegurarse de que nadie esté copiando su material. Interpretado de forma más trascendental haría referencia a un lugar donde todo se ve bonito a la distancia, pero de cerca es débil y está repleto de apariencias.

En la película, Margo, su protagonista, utiliza el mismo término para representar a las personas. Esas personas tan débiles y frágiles como el papel. Propensas a lo que los demás pueden decir de ellas. Personas efímeras, de poca duración.

Porque la verdad es que si no ves las cosas a distancia, lo verás todo muy sencillo, y después cuando te adentras en la vida de alguien, es muy complicado. 

Tal vez sea cierto lo que decía una frase que leí hace algún tiempo: “ De cerca nadie es normal. Pero cada vez menos gente se acerca, por eso, parecemos todos iguales”